Las luces se apagaron
Y me hundió los ojos
Esperando
Es que siempre hacemos eso
Nos obligamos mutuamente
A consolarnos
El sol brillaba en lo más
alto
Como las lágrimas que la
desarmaban
Las ganas de querer estar
acá
Fue lo único que la llevó
Iba libre de equipaje
Como van los que viajan de
verdad
No pensó en volver
Viste que el cielo también
es muerte
Me dijo
Como si yo no fuera yo
Creo que me sonrió
Miró al suelo
Empezó la persecución
Con la cabeza gacha huía
Desertora
Corrompida
Errante
Las rodillas a punto de
ceder
Entre una montaña de basura un
vidrio cortó su pié, pero ella no se detuvo, despreocupada de todo, siguió su huida Gemía como un herido de muerte, pero ella estaba entera, solo un pequeño
corte en el empeine. Pero la terraza. Siempre la tentó la terraza. La sensación
de volar. El impacto.
El día mataba de calor y de
tristeza, como cada domingo en el hospital.
Levanté la vista del libro, la cama
vacía.
¿No ves que espero resucitar?
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