Tantos siglos para encontrar lo que en una noche se descubre
adentro de uno
El cielo.
Estado de la mente, del ánimo, lugar físico
No lo afirmo, lo pregunto.
La controversia está
En ser el castigador y el que otorga el premio
No hay dioses ni diablos, salvo que nos creamos tan
omnipotentes para necesitarlos.
Y tan imbéciles para merecerlos
El tigre nunca va a ser castigado por cazar, y quien le
imponga castigo no entiende el curso de las cosas. Qué nos hace creer que
nosotros no somos más que animales con instintos.
Diferentes.
No nos pertenece la vida eterna, no habría por qué recibir
un premio, arcaica idea
Estímulo- respuesta
Nos pertenece un segundo en el curso del universo, toda una
vida para nosotros. No pidamos más. Porque las esperanzas de recibir nos
mantienen pensando en lo que viene. La ansiedad de la muerte. El deseo. No
queremos sobrevivir. Buscamos la muerte. El fin.
Y después de eso, no nos corresponde nada.
Dios, trágico invento.
Sí, pudo con la soledad y el desamparo de numerosos
antepasados. Y todavía puede. Linda idea.
Pero a cuántos se ha llevado. Las verdades no existen, se crean.
Yo busco todo eso
En lo poco que soy, que tengo y que me toca
Cerrar los ojos, caminar en la oscuridad absoluta, y ver que
no soy nada.
Y me alcanza.