sábado, 30 de junio de 2012

Me desvanezco, como se desvanece el humo, la gente, las miradas, las flores del jardín, saco la cabeza del agua, respiro y me meto otra vez, a desvanecer, a sentirme mal por puro vicio.

viernes, 29 de junio de 2012

Cómo uno iba a poder tener ideas tristes sobre esa colcha verde y sonriente, en esa habitación con dibujos de palitos en las paredes y empapelados con florcitas para acompañar el ambiente, con esa nena que a pesar de todo daba amor, y con unos señores que me trataban de convencer de que vivíamos en un submarino amarillo
Uno podía mirar el ambiente y mirarme a mi (claro que no se podía porque no había nadie que quisiera ver) y después ver todos esos peluches que traían recuerdos muy lejanos (merci, olvido) en una casa a la que me niego volver, tal vez para no desenterrar recuerdos y olvidos que quedan muy lindos guardados en el patio (al ladito de Aurora), a la habitación que siempre había sido la misma, obvio que el lugar, las colchas sonrientes, los ositos y los libros que estaban arriba de la mesita cambiaban, como cambiaba el suelo y las paredes, pero todo era el mismo teatro con diferente escenografía, y en lugar del mismo papel ahora eran dos roles en un mismo personaje, cumpliendo el monólogo que seguía siendo el mismo a pesar de los autores de los libros de la mesita, y de las canciones que sonaban y que decoraban la habitacioncita llena de magia y de ositos tristes y melancólicos, de nenas malas, colchas hipócritas y mojadas, cajas que no voy a tirar hasta que me anime a ver qué mierda hay dentro, todo ahí, como siempre, reflejándome a mi misma en mi agujero negro del espejo que es esta vida..